Una breve historia. Imagina una comuna de poco desarrollo, agrícola y forestal. Sin supermercados grandes en la ciudad principal y con dos bombas de combustible. Una de ellas a punto de cerrar en el centro de la ciudad. A alguien se le ocurre crear un supermercado donde dejaría de estar la bomba del centro, de la que fuesen dueños varios accionistas principales que diluirían sus acciones para que esa empresa fuera cada vez más de todos los habitantes de la ciudad. A la persona se le ocurre reunir empresarios incluido el dueño del terreno de la bomba de combustible, y una entidad del Estado que pudiera abrochar esta organización con un poquito de ayuda con los procedimientos para obtener un subsidio de no sé qué cosa de asociatividad (Estaban de moda los PROFOS, Proyectos Asociativos de Fomento). Y a que no adivinan, la reunión se produjo, pero, … No hubo el resultado esperado. La idea sonaba bien, sin embargo llegó una empresa particular. Luego, llegó otro supermercado casi tan grande como aquel, pero, chino. En ambos casos “el pueblo de a pie” no tiene utilidades mayores al servicio que esas empresas brindan. Si ambas empresas fuesen de un capital de la ciudadanía y este tomara la idea de ser una distribuidora, la Logística Local podría cambiar mucho (¿Una distribuidora local quema menos combustible en transorte que una de orden nacional?), de hecho, quizá también los precios.
Esta idea tiene sus más allá y pienso que debiera ser tratada por lo que esta página web menciona como El Centro Técnico Nacional y debe ser fusionada con la idea de una Empresa Comunal S.A. de todos los habitantes del lugar. De todos, tanto por el subsidio a ellas que pasa del Estado al arca de la comuna, pagando por quienes no pagarían por ejemplo un acción de constitución de la entidad comunal, tanto como para quienes prefieren pagar esa Acción de constitución, como para todas aquellas personas que desearan invertir adicionalmente. La idea es crear un mecanismo rentable que incentive la inversión y cree empresas en las comunas. También, no olvidemos nuestra especial atención al sentido de la pertenencia, porque si compro una Acción Fundadora de algo como “Empresa Comunal S.A.”, la voy a sentir mia también, y la voy a cuidar como pueda, y le voy a comprar también lo que venda (porque cuando ella vende yo ganaría algo), y si puedo, voy a invertir en ella (porque si ella crece, también crece mi pertenencia, mi propiedad), porque al hacerlo estoy fomentando mi desarrollo y el todas las personas de la comuna con un poco más de sentido racional, valorando que cuando una gran empresa crezca en la comuna, se pueda invertir en ella, o se pueda crear esta empresa que tiene que tener cierto volumen de importancia, cuando no exista, con la idea y sentido de que sea de todos los habitantes de la comuna, que esté apoyada por un Centro técnico Local y que puedan acceder a esta empresa pequeños o mayores flujos de sus inversionistas, como lo pudiera ser por ejemplo que alguien invierta en ella $10.000 de vez en cuando.
Si quiere le llama una Cooperativa Local. No es el nombre lo que nos inquieta, sino que el hecho de que hoy no existe el mecanismo para crear esa inversión colectiva que, en el caso de la historia mencionada al comienzo, hubiera permitido tener un Fondo de Inversión que hubiera comprado el terreno, o hubiese asociado al dueño de aquella bomba de bencina, a un proyecto como tener un Súper Supermercado Local que pueda rentar beneficios a la gente, porque esto sería una forma de elevar el nivel de pertenencia en las personasy un incentivo a evitar la migración en busca de oportunidades, lo que debiera ahorrar costos al Estado que podría redirigir sus inversiones hacia los elementos de comunas que expone esta web.
Famoso fue el “Tenemos el dinero, pero, a quién se lo pasamos” que se conoció en el primer Gobierno de la Sra. Presidente Bachelet.
En esto debieron invertir ellos, hace casi dos décadas, porque lo sabían, pero, no lo hicieron.
Deja una respuesta